▌ ¿ Cuales son los posibles efectos sobre la salud humana ?
Actualmente, ya se han diagnosticado un número elevado de casos de personas, afectadas por esta hipersensibilidad a los campos electromagnéticos denominada electrohipersensibilidad (EHS). Estas personas, que antes se remitían por defecto al psiquiatra, ahora son diagnosticadas como electrosensibles médicamente.
La electrosensibilidad o electrohipersensibilidad (EHS), se suele diagnosticar frecuentemente, en personas que sufren otras enfermedades como la Sensibilidad Química Múltiple (SQM) , Síndrome de Fatiga Crónica (SFC), y/o Fibromialgia (FM). Se suelen presentar como un cuadro completo o parcial de patologías. La mayoría de ellas son mujeres jóvenes, ya que las mujeres parecen tener una mayor sensibilidad, a los productos químicos y a los campos electromagnéticos CEM.
El último informe de BioInitiative ha identificado ocho categorías principales de efectos no térmicos causados por las RNI artificiales [1]:
Daños oxidativos, daños al ADN, fallos en la reparación del ADN.
Proteínas del estrés, proteínas de shock térmico, función inmunitaria perturbada.
Efectos en la reproducción y en la fertilidad.
Metabolismo del calcio perturbado.
Tumores cerebrales y daños a la barrera hematoencefálica.
Alteraciones del sueño, de la tasa de disparo de las neuronas, del electroencefalograma, de la memoria, aprendizaje y comportamiento.
Diferentes tipos de cánceres (excluidos los cerebrales), proliferación de las células.
Efectos cardíacos, del músculo cardíaco, de la presión sanguínea, vasculares.
Por cada una de estas categorías hay decenas (cuando no cientos) de estudios científicos que analizan el efecto de las RNI. No todos, por supuesto, demuestran una relación causa-efecto entre radiaciones y alteración estudiada. Como ya hemos señalado, sería suficiente que algunos estudios demostraran esta relación para apelar al principio de precaución y adherirse a la moratoria para el despliegue del 5G. Pero ya no se trata de algún estudio, sino que la gran mayoría de las investigaciones evidencian y demuestran la correlación, cuando no la causalidad, de las RNI y sus daños biológicos.
“La misión del NMRI es mejorar la salud, la seguridad, el rendimiento y la preparación para el despliegue del personal de la Marina Americana y del Cuerpo de Marines. El NMRI lleva a cabo investigación biomédica básica y aplicada, desarrollo, pruebas y evaluaciones en las áreas de defensa biológica, médula ósea, atención a víctimas de combate y enfermedades infecciosas”.
En 1972 (sí, habéis leído bien, hace ya casi 50 años), el NMRI (ahora NMRC, National Medical Research Center) publicó una Bibliografía de Fenómenos (‘efectos’) Biológicos y Manifestaciones Clínicas, atribuidos a la Radiación de Microondas y Radiofrecuencia, en la cual se catalogaban 2.200 estudios científicos y se identificaban 122 tipos diferentes de efectos biológicos en 17 categorías:
Efecto térmico en los órganos.
Cambios en funciones fisiológicas.
Efectos en el sistema nervioso central.
Efectos en el sistema nervioso autónomo.
Efectos en el sistema nervioso periférico.
Trastornos psicológicos (“Estudios sobre el comportamiento humano”) – conocidos también como “Respuestas Psicofisiológica (y psicosomática).
Cambios en el comportamiento (estudios sobre animales).
Trastornos sanguíneos (in vivo e in vitro).
Trastornos vasculares.
Enzimas y otros cambios bioquímicos.
Trastornos metabólicos.
Trastornos gastro-intestinales.
Cambios en la glándula endocrina.
Cambios histológicos.
Cambios genéticos y cromosómicos.
Efecto de la cadena de perlas (Orientación intracelular de partículas subcelulares, y orientación de partículas celulares y otras no biológicas).
Efectos diversos.
Como se puede ver, los efectos biológicos de las radiaciones no ionizantes son de dominio público desde hace más de 40 años, así “cabe preguntarse si no estamos frente al más amplio e infame experimento médico en la historia de la humanidad”, parafraseando el imponente (más de 1.000 páginas) estudio bibliográfico redactado sobre el 5G por el profesor Ronald N. Kostoff del Georgia Institute of Technology.
Específicamente, se detectan muchos casos de Lipoatrofia Semicircular (LS), especialmente en trabajadores de oficina. Y consiste en la pérdida de tejido graso (no muscular) en la parte superior de las piernas, por contacto con el mobiliario de oficina (metálico). Este trastorno está directamente relacionado con la presencia de campos Eléctricos y Electrostáticos. Originados por instalaciones eléctricas próximas, que pueden cargar eléctricamente el ambiente.
Para mitigar los efectos y revertir la situación se recomienda utilizar Soluciones de Earthing, de conexión segura a toma de tierra, que permiten la descarga electrostática (ESD) del cuerpo.